“Oír con los ojos es una de las agudezas del amor”
William Shakespeare
Los sentidos son elementos fundamentales a la hora de relacionarnos, la evolución de los mismos ha permitido a las diferentes especies sobrevivir o extinguirse. Actualmente tenemos más capacidad para razonar lo que sucede a nuestro alrededor pero hemos perdido capacidades sensoriales al no tener que cazar para comer, defendernos de depredadores, dormir en lugares poco protegidos… Cobra especial importancia seguir evolucionando sin perder capacidad de nuestros sentidos, para ello es fundamental estimularlos. No hay mejor manera que salir al medio natural ya sea para cultivar, dar un paseo, nadar en el mar, jugar con los niños en el parque.
Muchos de los problemas psicológicos que existen hoy en día vienen por apartarnos de lo que nos rodea, vivir en el mañana o en el ayer y dar demasiada importancia a lo intangible. Y lo digo por experiencia. El consumismo tiene mucha fuerza y nos mete en un círculo sin salida, mientras más tengo más quiero y mientras más quiero más necesito.
Esto lleva además del problema psicológico, una competitividad social por ser el número uno, en este juego nos olvidamos que cuando a mí me va bien pero a lo que me rodea no, tarde o temprano me acaba perjudicando.
La mayor diferencia con el resto de especies es que podemos entablar relaciones con personas que no conocemos de nada, ello ha conllevado y genera situaciones de colaboración que nos hacen estar por encima en la cadena alimentaria. El problema ha venido cuando estando en lo más alto no valoramos la base que nos sustenta y que tenemos que cuidar para no caernos.
No es más fácil vivir en armonía que en conflicto, parece que se nos olvida frecuentemente. No hay nada mejor para recordarlo que estimular nuestros sentidos, ya sea sólo porque necesitamos estar presentes en ello.
El aburrimiento en la infancia es necesario
Esta idea de dejar aburrirse a los niños y niñas ya la he leído y escuchado en diversos medios, en la BBC News Mundo, el 20 marzo 2019, publicaron un artículo que resume muy bien esta idea.
Leyendo un artículo de la página web maldita.es he visto la importancia de reflejarlo para que recordemos por donde va la ciencia, en el nos cuentan:
De vez en cuando nos topamos con personas o instituciones que prometen distintas formas “curar” la homosexualidad y otras orientaciones o identidades sexuales que se salen del modelo binario. Más allá de las ideas religiosas o morales al respecto, hay que dejar claro que, científicamente, estas ideas no tienen ningún fundamento, hace décadas que la ciencia dejó de considerar la homosexualidad una enfermedad que necesite cura o tratamiento.
Leyendo este artículo de la BBC he decidido ponerlo en la página tal y como, no veo que sobre algo de la información que nos transmite.
Dan Buettner ha estudiado cinco lugares en todo el mundo donde sus habitantes son famosos por su longevidad: Okinawa en Japón, Nicoya en Costa Rica, Icaria en Grecia, Loma Linda en EE.UU. y Cerdeña en Italia.
Las personas que viven en estas llamadas "zonas azules" tienen, para empezar, ciertos factores en común: redes de apoyo social, hábitos diarios de ejercicio y una dieta basada en plantas.
Pero comparten otra práctica comunitaria insospechada: son aficionados a la jardinería y la practican aún en sus años 80, 90 y más.
Después de un tiempo pensando en el contenido de este artículo y aun quedando muchísimo camino por recorrer en esta temática vamos a introducir la problemática del mismo. Todo se desencadena al hilo de una conversación de la pesca deportiva, ese tipo de actividad donde tras capturar la presa, se la devuelve a su medio. Si pensamos desde el punto de mira del ser, prefiere que se le devuelva al agua a que le lleven al plato, pero seguro que no le agrada que le pongan un señuelo, lo anclen y lo saquen, en la pesca deportiva disfruta el que pesca no el que es pescado. Por otro lado gracias a las licencias de pesca y el dinero que mueve como ocio se mantiene más vida en el medio acuático.
Esta reflexión, que puede parecer un poco enrevesada se puede aplicar a todo lo que nos rodea. Así por ejemplo, un árbol no tiene un cerebro y un sistema nervioso como el de los animales pero no tardaremos muchos años en tener datos objetivos y medibles que apoyan las teorías que los árboles se comunican y por lo tanto perciben estímulos.
Viendo la entrevista de Elsa Punset a Mark Stevenson sobre los principios del "Optimismo Pragmático" para el programa de Redes, emitido el 10 de marzo de 2013 y leyendo el artículo de ocho-principios-del-optimismo-pragmático de Antonio Pérez Leal en su página www.nuecesyneuronas.com, incidimos en la importancia del optimismo en la vida, ya hace años que sigo este tipo de corriente, la cual descubrí siguiendo a Emilio Duró Pamies ( http://www.emilioduro.es/).
Aprender y desarrollarnos cognitivamente de manera significativa, con aprendizajes útiles y no únicamente memorísticos, que han sido los habituales en épocas anteriores es fundamental para la motivación, el gusto por adquirir cultura y un mayor desarrollo personal a nivel mental, emocional y corporal.
El desarrollo de nuestro cerebro nos ha permitido posicionarnos por encima de todo lo que conocemos, esto ha sido un proceso natural o ha sido un proceso de soberbia, como ya hemos comentado en otros artículos todo depende de la intención de la acción.
Leyendo un artículo de George Dvorsky en www.es.gizmodo.com sobre la percepción de los humanos sobre el campo magnético de la tierra y otro en www.mundoesotericoparanormal.com sobre gemelos-idénticos-y-su-conexión surge la pregunta sobre la existencia del sexto sentido, o lo creo que se podría preguntar de otra manera ¿ Podemos percibir estímulos a través de sistemas que no sean el auditivo, visual, táctil, olfativo y gustativo?
En formación con Amaia Urieta García, profesional del Mindfulness ya referida en el artículo anterior, he reconocido la importancia del observador. Es aquel rol de la persona en el que toma consciencia de la realidad desde la serenidad y tranquilidad, ello conlleva una toma de decisiones pausada y con mucha más probabilidad de adaptada a lo que sucede.
No influir sobre todo la tierra puede ser vital para la supervivencia
El principal valor que los seres humanos tendríamos que cuidar es la variedad de especies, de costumbres y de hábitos que existen por el mundo, ya que las soluciones a problemas presentes y futuros pueden estar en algún rincón perdido. Esta reflexión surge tras leer la noticia del asesinato del estadounidense John Allen por una tribu en peligro de extinción de la India, según relataba Gareth Evans Roland Hughes en la BBC News.
Amaia Urieta García formándome en Mindfulness me ha hecho reflexionar tras leer una de sus prácticas y quiero compartirlo. La reflexión versa sobre la toma de conciencia de la importancia de nuestros pensamientos, ya nos lo dicen en las religiones, hay que cuidarlos. Ello ya lo introducimos en el articulo de La intencionalidad en esta sección de Usemos los sentidos. Son dos ideas ( letra cursiva) las que me han inquietado.
El corazón del mindfulness: las consciencia amable
Vencer al sufrimiento con sabiduría y compasión
Vicente Simón
Este artículo tiene su origen en la lectura del gran libro arriba señalado de Vicente Simón, muy recomendable. Como vemos en el título, se centra en el mindfulness, como elemento que nos hace ser más compasivos. Lo que más me ha llamado la atención es la justificación de por qué nos conviene ser compasivos, desde mi punto de vista es totalmente acertada.
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