Ricard Solé, neurocientífico: “Para aprender, el libro de papel es mucho más poderoso que cualquier medio digital”
Para muchas personas, aprender es sinónimo de Internet. Acudimos a la red para estudiar para nuestros exámenes, para investigar temas que no entendemos en clase o incluso para jugar a juegos educativos. Pero según un neurocientífico que estudia cómo aprendemos mejor, no siempre es la mejor manera. Ricard Solé, que ha trabajado como profesor e investigador en varias universidades de Europa, afirma que los libros de papel son mejores que los medios digitales para aprender porque permiten al cerebro del lector crear imágenes mentales de lo que lee, lo que le ayuda a recordarlo mejor después.
No puedes estar leyendo una novela y consultando tu Facebook”.
Leer una novela es imposible mientras estás consultando tu Facebook. No puedes estar leyendo una novela y consultando tu Facebook al mismo tiempo porque las distintas tareas requieren recursos cognitivos diferentes, así que no sólo compiten por tu atención sino también por la limitada capacidad del cerebro para prestar atención a las cosas.
Hay muchos estudios que demuestran que la multitarea reduce la productividad y la eficiencia. También produce mayores niveles de estrés, menor capacidad para centrarse en una tarea a la vez, menor rendimiento en todas las actividades que requieren concentración, reducción de la creatividad y la originalidad (así como de la memoria a largo plazo). De hecho, el término “multitarea” es engañoso, porque en realidad no estamos haciendo dos cosas a la vez: estamos cambiando de una cosa a otra, rápidamente, ¡y cada cambio tarda aproximadamente medio segundo!
Esto significa que para leer hay que estar mentalmente presente: ser capaz de mantenerse concentrado en lo que se está haciendo en ese momento sin perder el contacto con la realidad; ser capaz de concentrarse en una cosa sin distraerse con otros pensamientos o ruidos procedentes de fuera de la cabeza; ser capaz de concentrarse hasta llegar a un punto final (lo que puede no ocurrir hasta pasados varios minutos).
“Es demasiado crear esos enlaces semánticos que necesitas para aprender”.
Cada vez hay más pruebas de que la multitarea es perjudicial para el cerebro. Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Stanford descubrió que la multitarea reduce la capacidad de concentración y aprendizaje. Otro estudio demostró que las personas a las que se permitía consultar el correo electrónico cada pocos minutos durante su jornada laboral obtenían menos resultados que las que lo hacían sólo una vez por hora.
Un tercer estudio descubrió que las personas multitarea tenían peor memoria que las que se concentraban en una sola tarea a la vez, aunque rendían mejor en las tareas en las que alternaban entre varias informaciones que cuando intentaban recordarlo todo de una sola vez.
Para Solé, esta investigación confirma su sospecha de que el libro de papel es más poderoso que cualquier soporte digital: “Tienes esa sensación de lectura profunda porque tienes ese sentido de propiedad”. Cuanto más tiempo pasamos leyendo en Internet o mirando el móvil mientras leemos (o escribimos), afirma, menos tiempo dedicamos a lo que él llama “lectura profunda”: comprometernos con las ideas en lugar de limitarnos a hojearlas; desarrollar empatía con los personajes y experimentar emociones más allá del nivel superficial; pensar críticamente sobre lo que leemos en lugar de limitarnos a absorber la información pasivamente en nuestro cerebro como esponjas que absorben el agua de un fregadero lleno de platos sucios.”
“Por eso para aprender la pantalla del ordenador no es un buen soporte”.
Si quieres aprender algo, necesitas dedicarle tiempo. Por eso la pantalla del ordenador no es un buen soporte para aprender. Es demasiado fácil dejarla e irse a otra parte. De hecho, esto ocurre muy a menudo cuando estamos trabajando en un documento en Word o escribiendo un correo electrónico en Gmail: nuestra atención se aleja de lo que estamos haciendo y se va a otra parte: a otra ventana de la pantalla del ordenador, o quizá simplemente al espacio mientras esperamos a que el documento que empezamos a escribir se guarde o se envíe al ciberespacio.
Lo mismo ocurre cuando leemos un texto en el ordenador: es muy fácil que no veamos realmente lo que leemos porque hay muchas otras cosas sucediendo a nuestro alrededor (notificaciones de correo electrónico que aparecen en los feeds de Twitter que cambian automáticamente a medida que llegan nuevos tweets…).
Además, se ha investigado mucho sobre cómo nuestros cerebros funcionan mejor cuando interactúan con objetos reales, como libros y lápices de papel, en lugar de digitales, como dispositivos electrónicos como ordenadores o tabletas, ¡o incluso teléfonos inteligentes!
“Hemos demostrado que la gente recuerda mejor lo que ha leído en un libro que en una pantalla. Cuando leen algo en lo que tienen que estar inmersos y crear imágenes mentales, el papel es mucho mejor.”
El científico Ricard Solé, catedrático de Neurociencia de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), explica que, para aprender, el papel es mucho mejor que los soportes digitales. “El cerebro tiene muchas formas diferentes de almacenar la información. Cuando leemos algo en una pantalla, la información va directamente a nuestra memoria a corto plazo. Pero cuando leemos en un libro, se almacena en nuestra memoria a largo plazo y esto nos permite recordarla más fácilmente después”, dice Solé.
El investigador subraya que cuando se lee en papel hay que sumergirse en lo que se está leyendo y crear imágenes mentales: “Además, no hay distracciones como anuncios o redes sociales que distraigan tu atención mientras lees online”.
Hay quien piensa que la tecnología está cambiando nuestro cerebro, pero Solé dice que no es así. “La capacidad básica del ser humano no ha cambiado”, afirma. “Sólo estamos utilizando nuestro cerebro de forma diferente”.
Hay quien piensa que la tecnología está cambiando nuestro cerebro, pero Solé dice que no es así. “La capacidad básica del ser humano no ha cambiado”, afirma. “Sólo estamos usando nuestro cerebro de forma diferente”.
En otras palabras, utilizamos la tecnología para recordar cosas en lugar de aprenderlas. Esto puede ser problemático para los estudiantes, porque aprender requiere mucho más esfuerzo y tiempo por su parte que recordar algo que has leído en un libro o visto en Internet. Además, en cuanto olvidas cómo se hace algo, ya sea montar en bici o hablar francés, tienes que volver a aprenderlo desde cero (o recurrir a Google Translate).
Así que, aunque los medios digitales pueden ser útiles para almacenar información y establecer conexiones entre conocimientos (es decir, para investigar), no son ni mucho menos tan eficaces para ayudarnos a aprender cosas nuevas o a consolidar esas habilidades en la memoria a largo plazo*.
Señala las ventajas de la tecnología para recordar. “Si quiero recordar los nombres de todos los reyes y reinas de España durante dos siglos, no sería capaz de hacerlo, pero podemos buscar en Google y encontrarlo”, dice. “Pero es sólo recuerdo; no es aprendizaje”.
Señala las ventajas de la tecnología para recordar. “Si quiero recordar los nombres de todos los reyes y reinas de España durante dos siglos, no sería capaz de hacerlo, pero podemos buscarlo en Google”, dice. “Pero es sólo recordar; no es aprender”.
El aprendizaje es un proceso de creación de nuevas conexiones en el cerebro, explica: “Aprendemos cuando creamos nuevas vías entre las neuronas”. Esto sólo ocurre cuando se repite algo una y otra vez -como escribir cada nombre en un papel varias veces hasta que se te queda grabado en la mente-.
El uso que hacemos hoy de la tecnología para aprender tiene sus pros y sus contras.
No es ningún secreto que la tecnología está cambiando nuestra forma de aprender. Hoy en día hay tantas opciones para aprender con la tecnología que puede ser difícil elegir la adecuada. Pero aunque los medios digitales tienen sus ventajas, un libro de papel sigue teniendo algunas ventajas sobre los medios digitales:
- Puedes llevarlo a cualquier parte y leerlo en cualquier momento. No tienes que preocuparte de recargar el dispositivo ni de encontrar una conexión a Internet.
- Los libros de papel son más agradables a la vista que las pantallas, lo que los hace más cómodos para sesiones de lectura prolongadas (como las que se necesitan para estudiar). Los dispositivos digitales no son muy buenos para mostrar grandes cantidades de texto en alta resolución: ¡son más adecuados para las imágenes que para las palabras!
- Un libro de papel no necesita pilas ni cargadores, a diferencia de los dispositivos digitales, que necesitan cargarse con regularidad. Esto significa no sólo menos residuos de pilas desechables, sino también menos desorden en tu casa.
Conclusión
Pero Solé es optimista. “El cerebro es muy flexible”, afirma. “Podemos entrenar nuestros cerebros para utilizar las nuevas tecnologías, igual que los hemos entrenado durante siglos”.