Arantxa García nos introduce en otra dimensión. Así nos cuenta: a simple vista creemos que todo lo que existe en este mundo es materia pero ya es un hecho que más allá de lo físico se esconde la energía. Científicamente hablando, todo está formado por moléculas, estas se componen de átomos y estos de protones, neutrones y electrones que vibran produciendo energía. Por lo tanto, todo vibra y está en constante movimiento.
Albert Einstein, en su conocidísima ecuación sobre la Energía en reposo (E=MC2) expuso que la energía y la materia están directamente relacionadas y que pueden transformarse la una a la otra. Con esta fórmula desbancó la física clásica de Newton y dio lugar a un nuevo entendimiento sobre el funcionamiento del mundo a través de la física cuántica.
Esta última revela que las partículas diminutas que componen la materia son también ondas de energía que pueden actuar bien como partícula o como onda. En otras palabras, tal y como indicaba Einstein, realmente materia (partícula) y energía (onda) se convierten la una en la otra.
«Si quieres entender el Universo, piensa en términos de frecuencia, energía y vibración.»
Nikola Tesla
Física cuántica y la importancia del observador
No obstante, desde el punto de vista cuántico, energía y materia no pueden existir en una misma realidad si no solamente en la probabilidad. Esto significa que nuestro mundo físico está compuesto esencialmente de ondas y partículas que conforman entidades cuánticas y que solo existen en forma de infinitas posibles realidades. Estas se manifiestan en la realidad, en lo que conocemos como nuestro espacio-tiempo, una vez que son observadas. La física cuántica denominó este proceso como «colapso de la función de onda» o «efecto observador».
Todo esto apunta a que uno no está separado del mundo que observa y que normalmente define como algo separado o exterior. Su percepción determina la forma de su realidad. Todo lo que existe en nuestra realidad física existe como puro potencial y es nuestra mente la que moldea la energía de las infinitas posibilidades tal y como queremos.
Podemos concluir, por tanto, que el universo físico es un campo de información interconectado que potencialmente lo es todo pero que no es nada físicamente. Solamente la mente del observador consciente es capaz de influir en la energía para que las ondas energéticas se manifiesten de forma física.
Una vez que logramos comprender este concepto y aprendemos a mejorar nuestra capacidad como observadores para afectar nuestro destino, nos adentramos en el camino que nos llevará a vivir la mejor versión de nosotros mismos y de nuestra vida.
Manifestación de la energía: Ondas y frecuencia
Teniendo en cuenta entonces que la realidad de nuestro mundo físico externo está en un estado constante de vibración, debemos saber que esta energía vibracional se mueve en forma de ondas que a la vez poseen una serie de amplitudes y de frecuencias que proporcionan unas características y comportamientos diferentes.
Tomemos como ejemplo nuestro espectro electromagnético, fundamental a la hora de medir una de las cuatro fuerzas básicas de la física. El extremo izquierdo se corresponde con las ondas de baja frecuencia que va creciendo desde las ondas de radio hasta los rayos gamma.
A nosotros los seres humanos solo nos es posible percibir una muy pequeña parte de estas ondas mediante nuestros sentidos pero todas ellas están presentes y estamos expuestos a ellas en prácticamente todas nuestras actividades diarias. El mundo a nuestro alrededor está permanentemente «bailando».
«El Universo es más bien música que materia.»
Donald Hatch Andrews
Fuera del espectro que acabamos de ver existen otras dos vibraciones con las que también tratamos a diario y que nos resultan al menos más fáciles de detectar: el sonido y la temperatura.
En el caso del sonido, este no es más una serie de ondas generadas por la vibración de un objeto que al ser percibidas provocan en el receptor, el tímpano por ejemplo, que vibre. Cualquier sonido está formado por ondas también con diferentes frecuencias. Para que te sea más fácil comprender este concepto, echa un vistazo a este precioso experimento en el que se emiten una serie de sonidos con diferentes frecuencias sobre una superficie con granos de sal. Con cada sonido, se van creando distintos patrones geométricos tan precisos que recuerdan más a la magia que a la ciencia…
Además de las vistas hasta ahora, la Tierra en sí misma emite una vibración generada por su campo magnético que influye directamente sobre el organismo de los seres vivos. De hecho, los cambios de frecuencia que se producen en la vibración de la tierra están relacionados con la propia vibración de las células provocando cambios evolutivos en nuestro ADN. De ahí que a medida que la tierra se acelera, nosotros los seres humanos también lo hacemos y nos vamos aproximando así hacia un cambio en nuestra energía y nuestra conciencia. Podríamos decir que la Tierra nos está preparando para una siguiente etapa en la evolución.
Tú tienes tu propia energía
Como no podía ser de otra manera, al igual que el mundo que te rodea en el que todo está vibrando, tú también estás vibrando, tienes una energía vital. Si pones atención a todos los procesos biológicos que tienen lugar dentro de tu cuerpo puedes llegar a percibir que todo está en movimiento.
Tu cerebro cobra aquí un papel fundamental. En él, como órgano electroquímico, existen cuatro tipos de ondas cerebrales (Beta, Alfa, Theta y Delta) con diferentes frecuencias. Cada una de estas está directamente relacionada con un estado de conciencia. Las ondas cerebrales más rápidas corresponden a una conciencia de menor frecuencia mientras que la sondas cerebrales más lentas se corresponden con un estado de conciencia más abierto y elevado.
En cada nivel nos comportamos de forma diferente y todos ellos los experimentamos, por ejemplo, durante el sueño en sus diferentes fases.
Como hemos visto, las ondas cerebrales se relacionan con distintos tipos de estado de conciencia. Estas, junto con todas las demás vibraciones que forman parte de tu día a día y que son fruto de tu estado físico, tus pensamientos y tus emociones, van a conformar lo que conocemos como vibración personal.
Elige tu vibración personal
Tu vibración personal es la vibración global que irradias en un momento concreto y que , como hemos podido apreciar, esta puede variar durante el curso del día de forma natural en función de qué estés haciendo, de cómo te sientas y de cómo pienses. Lo más importante de todo esto es que tú puedes influir en esto. Tú puedes elegir tu propia vibración y hacer que encaje en el «caos de energías» que te rodean y al que estás inevitablemente expuesto en lugar de que este caos te afecte a ti y te desequilibre.
Como diapasones, los cuerpos resuenan unos con otros y por ello es fácil verse influido por la energía que irradia otra persona e incluso imitar su comportamiento. Estamos implícitamente conectados más allá del espacio y del tiempo y es fácil captar las vibraciones de unos y otros (Seguro que conoces a alguien que o bien te sube el ánimo solo con su presencia o todo lo contrario). Pero realmente depende de ti cómo quieres sentirte. Tú puedes elegir pensar en positivo y elevar tu frecuencia ya que generas tu vibración personal desde tu interior a través de todas tus decisiones y, cómo no, tus pensamientos y tus emociones. Es así como te comunicas con el mundo exterior.
Para recapitular:
Sintoniza con la frecuencia de tu alma y deja que esta brille a través de ti.
Conecta con tu interior y sé consciente de tus pensamientos para dirigirlos hacia donde tu verdadero ser quiere dirigirse con coherencia: ¿Estás donde quieres estar? ¿Haces lo que quieres hacer? ¿Eres quien quieres ser?
Observa y presta atención a toda la información en forma de energía que fluye dentro de ti que te rodea y enfócate solo en aquello que desees. Recuerda, es tu estado de ser como observador el que afecta al mundo exterior, no al revés.
Mantén una clara intención de lo que quieres y deja que el imprevisible campo cuántico se manifieste y si vas a esperar, espera siempre lo inesperado.
Y ahora… ¿Estás preparado para que la vida te sorprenda?