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Mindfulness

Aprender a practicar Mindfulness

Vicente Simón con la colaboración de Christopher Germer

 

La lectura de un ejemplar de Vicente Simón incita a seguir con los escritos de este autor. En este libro al igual que el comentado en el artículo Mindfulness y compasión de la sección “ El conocimiento nos motiva” se trabaja sobre esta habilidad tan de boca hoy en día, pero cuyos fundamentos han existido desde siempre, la meditación en el budismo, los rezos en el cristianismo, islamismo y judaísmo.

Actualmente a estos conocimientos históricos se han sumado diferentes evidencias científicas, una de ellas son los estudios neurocientíficos de Richard Davidson sobre la meditación compasiva, los cuales han demostrado que la compasión activa tres áreas cerebrales:

  • La ínsula: se relaciona con las emociones sociales y la empatía
  • La amígdala: se activa cuando vemos sufrir a otra persona
  • La unión témporo-parietal derecha: nos permite adoptar la perspectiva de otros, como sucede cuando un adulto mira las cosas a través de los ojos de un niño

En una primera parte del libro, destaca la existencia de dos partes a nivel cognitivo en la raza humana, una que se centra en el presente, al igual que el resto de seres vivos y otra centrada en el pasado y futuro, esta área se ha desarrollado en el ser humano y nos ha llevado a estar en la cima de la cadena alimentaria. Es una faceta humana muy importante, tener en cuenta lo que nos ha sucedido para actuar en el presente y prever las posibles consecuencias de nuestras acciones. Podríamos decir que esto es lo positivo de esta habilidad cognitiva, lo negativo es que podemos vivir sólo en el pasado o sólo en el futuro, con lo que no estaríamos en el presente, impidiéndonos vivir nuestra existencia, ya que la vida sólo ocurre en el momento actual.

Cuáles son los puntos a ganar para sentir el presente:

  • Aceptar lo que está sucediendo y ha sucedido: rechazar lo que nos hace daño es natural, pero si es un daño inevitable y no lo acepto provoco un doble daño, el primero y el segundo por la derrota de no aceptarlo. Además esa situación de malestar nos quita recursos personales para poder buscar la solución.
  • Poder desprendernos de lo que nos rodea: atesorar cosas, relaciones, poder, dinero es una manera de asegurar nuestra supervivencia, hay una parte de nuestra naturaleza que nos empuja a querer y querer más, por ello evolucionamos, siendo necesario y positivo con un adecuado control. En este sentido tenemos un claro ejemplo con el sueño, dormimos porque aceptamos lo que nos ha pasado durante el día, con ello podemos seguir evolucionando.
  • No estar continuamente juzgando todo lo que sucede a nuestro alrededor: lo observamos, lo razonamos y lo aceptamos para actuar en consideración.
  • Tener presente que todo viene del mismo origen: estamos conectados con el universo y lo que existe en él.
  • Saldar las deudas emocionales: el resentimiento, el odio, la culpa de sucesos del pasado no dejan vivir en plenitud el presente.
  • Mirar el presente, no el futuro: si dedico mis energías en cumplir mis expectativas no vivo el momento, si además no se cumplen, crearé una deuda emocional, que me anclará en esa derrota y con ello en el pasado, una vez que haya sucedido.

 

Avanzamos en la lectura de esta obra y nos paramos en el famoso equilibrio emocional, este nació hace muchísimos años. Al recibir un estímulo reaccionamos instintivamente o con mesura. Reaccionar instintivamente es necesario, un coche nos va a golpear y si paramos a decidir qué hacer, seguro que me golpeará, la respuesta debe ser muy rápida, por el contrario, un problema en una relación personal o laboral se incrementará si reacciono instintivamente. En este segundo caso es mucho más beneficioso seguir estos peldaños:

  • Pararnos
  • Serenarnos
  • Ser conscientes de cómo me encuentro
  • Aceptar mi enfado, odio…
  • Ver que ese sufrimiento hay que tenerlo y vivirlo
  • Una vez pasado ese sentimiento, decidir qué hacer

 

Acabamos la lectura con unas premisas importantes para meditar, rezar, estar presentes… estas serían:

  • Se puede meditar andando, en un lugar tranquilo sin muchos estímulos
  • Se puede meditar en cualquier momento del día siendo conscientes de lo que estamos haciendo
  • Podemos dormirnos si la posición de meditación es tumbada y con los ojos cerrados, puede ser debido a falta de sueño, en cuyo caso cambiaremos los hábitos nocturnos, puede ser por cansancio, una inspiración profunda o abrir los ojos nos puede ayudar
  • Existe otra tendencia a estar tan inquietos que pensamos que no estamos haciendo bien los ejercicios, el objetivo se cumplirá si somos capaces de observarnos en esta situación, recordemos que Meditar es algo que nunca se puede hacer mal
  • Meditar en grupo conlleva experiencias diferentes y enriquecedoras a la meditación individual
  • Los retiros permiten compartir el silencio con otras personas y facilitan el conocimiento de uno mismo. Yuval Noah Harari pasa dos meses al año de retiro.
  • Las mejoras en la vida de uno con la meditación, a veces empiezan pronto, en otras ocasiones necesitan más tiempo y en otros momentos hay personas que lo notan cuando se lo dicen los de su alrededor, no son conscientes por sí solas.

 

Acabamos esta visión de la obra con un ejercicio del budismo tibetano “ Mirar al cielo”, consiste en contemplar el cielo, ya sea de día o de noche, el firmamento nos acoge, nada puede atemorizarlo o intimidarlo, es infinito y en él es posible todo

 

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