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Dieta por debajo de las necesidades energéticas

En una entrevista de Anna Boniface para la BBC se explicaba cómo después de tener el mundo a sus pies cuando finalizó el maratón de Londres de 2017 como la más rápida corredora amateur de la prueba y conseguir un puesto en el equipo de Inglaterra para el maratón de Toronto ese mismo año se derrumbó a los 16 kilómetros de su debut internacional. El tobillo de Anna había dicho basta, pero lo peor estaba por llegar para la corredora británica.

Además de la fractura por estrés de su tobillo, las pruebas encontraron muy baja densidad en sus huesos, incluyendo osteoporosis en su columna vertebral, lo que le podía causar fractura en cualquier momento. Estos síntomas eran característicos de la condición conocida como RED-S (Relative Energy Deficiency in Sports) o deficiencia energética relativa en el deporte.

Esto ocurre cuando restringimos nuestra dieta convencidos que la pérdida constante de peso nos permitirá seguir mejorando nuestro rendimiento en el trabajo, en el deporte, por estética…, pero llegan a un punto en el que algunas funciones de sus cuerpos dejan de trabajar. Esta deficiencia puede causar una gran serie de problemas de salud como una caída en los niveles de hormonas, deterioro en la densidad ósea, caída en el ritmo metabólico y trastornos mentales.

Anna, quien trabaja como fisioterapista, admitió que estaba al tanto de que le podía suceder esto, pero estaba tan desesperada por seguir mejorando que ignoró los síntomas de advertencia, como por ejemplo no tener la menstruación durante ocho años. "Tuvo que ver mucho con mi volumen de entrenamiento y no alimentarme lo suficiente, no ser lo suficientemente amplia en mis grupos alimenticios, restringir mucho los carbohidratos", explicó. "Te sientes atrapada en este ciclo muy rápido, queriendo perder un poco más de peso, correr más rápido, y entonces romperte, que fue lo que pasó".

Anna se dio cuenta antes de que ocurriera un daño mayor o más grave al cuerpo y, después de un año en reposo, ha sido capaz de volver poco a poco a correr y a tener menstruación, pero no todo el mundo tiene la misma suerte.

Otro ejemplo fue lo que le pasó a Sam Woodfield, de 28 años, quien perdió un tercio de su peso corporal en un año cuando comenzó a practicar ciclismo en 2016. Tras ser fisicoculturista y deportista por naturaleza, Woodfield aumentaba su competitividad a medida que perdía peso. Fue tanta su obsesión por mejorar su rendimiento que frecuentemente se sometía a exigentes recorridos de entrenamiento si comer, "Más ligero significa más rápido lo que daba igual a más probabilidades de ganar".

Durante un tiempo la fórmula funcionó, pero tuvo un costo. En 2017, Woodfield sintió que tenía tan poca energía que casi ni podía subir la escaleras, no podía dormir y su salud mental estaba sufriendo. En ese momento aceptó que necesitaba ayuda y se sometió a unos exámenes que revelaron lo que le había causado a su cuerpo.

"Me contaron que tenía muy poca grasa visceral alrededor de mi cuerpo y esa grasa es esencial para mantenerte con vida", explicó. También me dijeron, que además de no tener testosterona, tenía una densidad ósea de una persona de 80 años de edad en mi columna y en la caderas".

La doctora Nicly Keay, endocrinóloga de deporte y baila, explicó que el RD-S ocurre cuando el cuerpo del atleta no tiene suficiente energía para sostenerse y deja de funcionar. "El cuerpo divide la energía que uno le da través de tu dieta. Necesitas una cantidad para cubrir el entrenamiento, y el resto de la energía es lo que necesitas para tu vida diaria", le dijo a la BBC.

"Si no tienes suficiente energía libre entras en un modo de supervivencia. Los niveles de estrógenos bajan en las mujeres y de testosterona en los hombres lo que es clave para la salud de los huesos". "Es como cuando la batería de tu teléfono cae a un nivel muy bajo y apaga todas las aplicaciones que no son esenciales, eso es lo que hace el cuerpo", advirtió.

Conclusión: Todo tiene un precio

Cada cuerpo tiende acumular un tanto por ciento de grasa corporal, magra y ósea mayor o menor en función de su historia genética. Luchar contra esto por un estereotipo o por cubrir una actividad en nuestro ocio no es lo mismo que si se hace por salud o por motivos laborales, en este segundo caso es inevitable.

Además el control sobre la situación suele ser más objetivo y controlado, al haber una necesidad más tangible que en los otros casos, que nos movemos por deseos de parecernos a alguien.

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